Estudiemos La Palabra: 18. 1 Juan 2:19 - Los anticristos no son discípulos verdaderos.

19 Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros.

Aunque estos falsos maestros salieron de la iglesia, en realidad no eran miembros genuinos de la familia de Cristo, eran como la cizaña de la parábola.

Mateo 13:24-30 (LBLA)

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

El que hayan salido de la iglesia (por no ser como los verdaderos hermanos), confirma que no son verdaderos. Estos discípulos estaban más interesados en sus propios intereses que en los intereses de Cristo y de los demás. Crecieron juntos mientras pudieron confundirse con el trigo. Es fácil parecer hermanos genuinos cuando se imita la liturgia, el lenguaje, las costumbres, pero sólo un hermano genuino ama como Cristo ama. En alguna ocasión seremos probados, y saldrá la vida que tengamos adentro.

Debemos sospechar cuando una congregación se ha apartado del resto de la iglesia y se encierra en sí misma, que no tiene relación con las demás. Si le dice a sus miembros que no lean o escuchen enseñanzas que no sean sólo las de ellos, argumentando que ellos tienen la mejor palabra o la revelación verdadera. Una congregación sana enseñará a sus miembros a distinguir la verdad, les advertirá sobre las falsas enseñanzas, pero de ninguna manera prohibirá otra enseñanza que no sea la propia.

Aplicación:

Debemos mantener nuestros ojos abiertos. Siempre debemos verificar la enseñanza que recibimos contra la escritura, no contra versos aislados (que pueden ser manipulados), sino contra el mensaje de capítulos y libros completos, con mayor razón, si estamos en una congregación como la que acabamos de mencionar, esta tarea aún es más necesaria. No asumamos que estamos recibiendo buena enseñanza, recordemos que la biblia dice que muchos serán engañados, y la misma biblia nos invita a verificar que el mensaje que recibimos provenga en realidad de las escrituras. Debemos estar vigilantes.

Oración:

Amado Señor, te pido que guardes a tu pueblo del error, cuidalos de los falsos maestros. Aún hay muchos hijos tuyos sentados en congregaciones donde se predica un evangelio diferente, donde el centro es el hombre o los deseos de este mundo. Te rogamos los hagas despertar a tu verdad, que puedan ver la verdad en tu palabra y que busquen tu rostro con temor y temblor. Que tus hijos acepten y abracen tu verdad completa, que abracen tu cruz, aunque implique morir a esta vida terrenal, a favor de una gloriosa vida eterna. Amén!

Pregunta(s) de reflexión:

¿Estás acostumbrado a verificar con la palabra toda enseñanza que recibes? ¿Revisas que esté de acuerdo con el relato bíblico? ¿Que los versículos sean usados legítimamente en el contexto en que fueron escritos?
Medita en tu responsabilidad por estudiar y conocer la verdad. ¿Estás tomando dicha responsabilidad, o sólo escuchas a cualquier predicador tomando como buena cualquier cosa que dice?
¿Es la palabra de Dios el filtro para saber si aceptamos o no una enseñanza, o si te agrada o es cómoda?