martes, 21 de febrero de 2017

32. 1 Juan 3:13-15 - El amor como evidencia de vida.


13 Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia. 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en muerte. 15 Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.


Juan vuelve a insistir en que no debe ser sorpresa para nosotros que el mundo nos odie. El amor es parte de la naturaleza de Dios, pero no forma parte de la naturaleza de la humanidad, después de su rebelión en el jardín del Edén. El mundo odiará por naturaleza lo que le incomode, lo que confronte su maldad, o lo que exponga su egoísmo.


El ser la naturaleza de Dios tan diferente a la del mundo, será razón suficiente para que el mundo sea hostil a la verdad.


Juan 17:14 LBLA
Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.


En el verso 15, el apóstol equipara todo aquel que aborrece a su hermano, el que no lo ama, a un homicida, lo mismo que ya había hecho el Señor durante el sermón del monte    


Mateo 5:21-22 LBLA
21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: “No mataras” y: “Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte.” 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno de fuego.


Por último, Juan dice "ningún homicida tiene vida eterna permanente en él". En otras palabras, el homicidio, el odio, no es un fruto de la vida de Dios, y el ser homicida es obra de la carne, y por consecuencia, es evidencia de que la vida de Dios aún no ha llegado a la vida de esta persona.


Gálatas 5:19-21 (LBLA)
19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos, 21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.


Aplicación:

Debemos aceptar la realidad de que es natural para el mundo sin Dios odiar. Las leyes, los reglamentos, etc. controlan un poco esta conducta destructiva, pero esto está en su naturaleza, y la única solución efectiva y permanente, es la vida de Dios en las personas, que rindan su vida a Jesucristo como Señor y salvador, y que sigan sus mandamientos. No nos asombremos que el mundo nos odie, no pidamos otro fruto, a veces somos muy dados a criticar a la gente que no ha conocido a Dios, como si fuesemos mejores que ellos por nosotros mismos, siendo que lo único que nos distingue es la vida de Dios en nosotros. Aceptemos que es normal que nos odien, pero en lugar de querer luchar contra ellos, sigamos trabajando en cambiar su realidad, en presentarles la realidad del evangelio, y con la ayuda de DIos, que sean transformados.


Oración:

Padre celestial, te damos gracias por rescatarnos de este mundo rebelde, de este mundo que odia y se destruye a sí mismo. Ayúdanos a cada vez ser más como tu, a ir adquiriendo con más intensidad tu naturaleza, y despreciar la inclinación a ser como el resto del mundo. Ayúdanos a resistir cuando el mundo nos odie y maltrate, ayúdanos a tener en más valor nuestra recompensa eterna, y ayúdanos a tener amor para el mundo que no te conoce, que los podamos ver con misericordia, que antes que verlos como el enemigo, luchemos para cambiar su realidad. Te lo pedimos en el nombre de tu hijo Jesucristo. ¡Amén!


Preguntas(s) de reflexión:

  1. Es natural para el mundo odiar, y para el mundo amar. Reflexiona bajo qué naturaleza está siendo dirigida tu vida, pide ayuda al Señor, para que su naturaleza tome cada vez más control de tu ser.


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com




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