8 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, 9 y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe,
Como empezamos a ver en la sección anterior, Pablo está poniendo en una balanza todos sus logros humanos, los cuales habían sido muchísimos más que muchos notables de su tiempo contra la salvación o justificación por fe, o el ser hallado en Él. El resultado es aplastante, todo lo que había logrado y tenía mucho valor frente a los hombres era ahora basura. No sólo sin valor, sino un estorbo, ¡apesta!
En el otro lado de la balanza, está el incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, el ser hallado en Él. La clave de la pérdida del valor de lo primero es descubrir el valor de lo segundo.
Mateo 13:44 LBLA
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.
Así como el hombre de esta parábola, el descubrir un tesoro más grande, hace que nos deshagamos de lo que antes era valioso llenos de alegría.
El evangelio da gratuitamente lo que tiene más valor y que no se puede obtener por ningún medio humano, reconciliación y acceso al Dios del universo y al disfrute de su gloria. Esto no se puede lograr por esfuerzo humano al cumplir la ley, sólo se recibe por fe, pero nada en este mundo tiene mayor valor que esto.
Aplicación:
Cuando descubrimos el valor de ser hallados en Cristo, cuando descubrimos que podemos ganarlo, es decir, ser hallados en Él, y vamos adquiriendo entendimiento de lo que es pasar la eternidad en una relación con Dios y el disfrute de su gloria, nadie nos tiene que convencer de que hay cosas que tenemos que dejar, de que debemos negarnos a nosotros mismos. Simplemente lo hacemos llenos de alegría, por una simple comparación de valor.
Esforcémonos, no por lograr aceptación por nuestros esfuerzos, sino por buscar a Dios en oración y en su palabra, esforcémonos para que podamos ver y saborear el incomparable valor de Cristo Jesús. Dios nos lleve a valorar más lo que no se puede comprar ni obtener con esfuerzos humanos.
Oración:
Padre de toda gracias, te pido que nos des ojos para ver, que nos ayudes a ver el valor de tu gracia, de ser hallados en Cristo y obtener justicia sólo por tus méritos. Que podamos ver el gran valor de tu gracia, de tu promesa de vida eterna, de ser hallados en tí y de disfrutar tu presencia, de abrazar este gran tesoro y perseguirlo, despreciando todo intento de querer ganar recompensa alguna por nuestros propios méritos. Te lo pedimos en el nombre de Cristo Jesús. ¡Amén!
Gracias por este estudio hermano
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