martes, 17 de enero de 2017

7. 1 Juan 2:2 - La propiciación por todos los pecados.


2 El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.


La razón por la que Jesucristo puede ser nuestro abogado, es porque el fue y es la propiciación por nuestros pecados. Propiciación es hacer la paz o librarse de un castigo merecido, al cubrir una deuda u ofensa.


Por nuestras continuas ofensas y desprecio por Dios merecíamos morir, pero Dios en su misericordia, decidió otorgar perdón, y al mismo tiempo ejercer justicia, al enviar a su Hijo Jesucristo como sacrificio sustituto por nosotros.


Romanos 5:18 (LBLA)
18 Así pues, tal como por una transgresión resultó la condenación de todos los hombres, así también por un acto de justicia resultó la justificación de vida para todos los hombres.


Este acto de justicia fue de tan grande proporción, que alcanza a toda la humanidad, así como lo hizo la caída. Por la justicia de uno, todos los que creemos en Él somos justificados.


Tan grande sacrificio no sólo trasciende la geografía, sino también el tiempo. Es por este sacrificio que los que pusieron su fe en Dios pueden ser perdonados. Dios pasó por alto los pecados de Abraham y de David, sólo porque iban a ser satisfechos en la cruz, como lo explica Romanos 3:25.


Romanos 3:25 LBLA
a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por su sangre a través de la fe, como demostración de su justicia, porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,


Sólo el sacrificio en la cruz es nuestra única esperanza para el perdón de nuestros pecados, los de todo el mundo, en el pasado, el presente y el futuro. Aún los pecados que vamos a cometer, no tienen otra forma de ser perdonados mas que el sacrificio de Cristo en la cruz.


Aplicación:

Es maravilloso saber que aún nuestro pecados futuros serán cubiertos por la cruz del calvario si nos arrepentimos de ellos y si perdonamos a los demás como Cristo nos perdona, pero como ya vimos anteriormente, esto nunca debe ser una excusa para pecar deliberadamente.


Es tan maravilloso como difícil de comprender tan grande amor, algunos maestros tienen incluso cierto temor de enseñar esta verdad, pues temen que los discípulos tomen esto como una licencia para pecar, pues hagan lo que hagan, ya han sido perdonados. Sin embargo, como ya también vimos, quien peca deliberadamente, tomando como excusa el perdón de Dios, en realidad está mintiendo, y no ha entrado en comunión con el Padre y con el Hijo. El verdadero hijo de Dios tiene como meta el parecerse a su Señor y vivirá intentando agradar al padre y ser como el Hijo. Bendito sea el Señor que tiene provisión para unos discípulos tan falibles, pues nos levantará y nos perdonará una y otra vez si nos arrepentimos de corazón.


Oración:

Gracias amado Padre, porque no nos retuviste aún la vida de tu propio hijo, sino que lo entregaste en la cruz como sacrificio sustituto en favor de todos nosotros. Gracias porque ya no hay más condenación si permanecemos en Cristo. Te rogamos nos ayudes ahora a que nuestro caminar en la vida cristiana sea progresivo, siendo cada vez más santos, más limpios, amándote más. Gracias porque también nos has dado 2 ayudadores, uno que está con nosotros siempre, el Espíritu Santo, y uno a tu diestra, que intercede por nosotros. Te pedimos esto en el nombre de este gran intercesor, nuestro Señor Jesucristo. Amén!


Pregunta(s) de reflexión:


  1. Después de leer detenidamente la lección de hoy, medita en tu corazón en el valor del sacrificio expiatorio de Cristo por nosotros.


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com

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