jueves, 12 de enero de 2017

4. 1 Juan 1:5-8 - Dios es Luz, y la comunión con Él, resulta en andar en luz.


5 Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en El no hay tiniebla alguna. 6 Si decimos que tenemos comunión con El, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; 7 mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.


El primer mensaje que da Juan en esta carta acerca de Dios, es simple, pero tiene muchas implicaciones: Dios es luz y no hay tinieblas en Él, no hay oscuridad en absoluto. Dios es pureza, Dios es justicia, Dios es verdad absoluta, y en Él no cabe la mentira, la oscuridad e injusticia.


La luz es tal vez el elemento más puro y perfecto de la creación. No puede mezclarse con oscuridad. Simplemente cuando está presente, no puede haber tinieblas. Así es que no podemos atribuir fallas, mentiras, o pecados a Dios. El es luz, es perfecto en su amor, en su bondad, en su justicia, en su sabiduría.


La primera implicación de que Dios es Luz es: El andar en Luz es fruto y evidencia que tenemos comunión con el Dios que es luz. Si andamos en tinieblas, podemos decir que tenemos comunión con Él, pero esto será una mentira, algo que simplemente no puede ser posible. No puedo decir que un cuarto está iluminado cuando hay oscuridad en él. En cuanto la luz se prende, no hay tinieblas.


Nuestro andar denota si estamos en comunión con Él o no.


7 mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.


No debemos confundirnos y tratar el versículo 7 en forma aislada, interpretando que el andar en la luz es un requisito para tener comunión los unos con los otros. Si observamos bien, veremos que el versículo 7 es la afirmación opuesta al verso 6, el cual afirmó que el no andar en luz y decir que se tiene comunión con Dios es una inconsistencia y por lo tanto es mentira. El verso 7 por lo tanto, lo que dice es que si andamos en luz, esto es fruto y evidencia de que nuestra comunión unos con otros (en Cristo) es verdadera.


Lo que hace posible esta comunión (puesto que Dios es luz), es la limpieza que Dios hace de nosotros por la sangre de su Hijo. Nos perdona todo pecado y nos limpia inicialmente, para que podamos acercarnos a Él, y nos limpia constantemente mientras permanecemos en comunión con Él.    


Este es un buen momento para explicar cómo es que Cristo nos salva y nos perdona nuestros pecados para hacer posible el tener una relación con Él. Puesto que puede ser un poco extenso para el formato de estos estudios, así que puedes consultar/descargar en la siguientes liga el recurso extra, gratis, disponible en un documento PDF que se llama: La salvación en Cristo.

Aplicación:

Había en ese entonces y hay en nuestros tiempos, muchas distorsiones a la verdad.  Juan aclarará algunas distorsiones en detalle, pero nos ahorraremos mucha confusión si establecemos y abrazamos la verdad de que Dios es luz. Muchas veces con el deseo oculto de no querer dejar un pecado que tenemos, distorsionamos la palabra para argumentar que la palabra permite ciertas cosas que claramente dice que son pecaminosas. Hay iglesias enteras que defienden el pecado sexual, la avaricia, o algún tipo de discriminación hacia un grupo social argumentando que Dios lo aprueba, pero Dios es luz. No podemos decir que tenemos comunión con Él si andamos en oscuridad.


Como veremos más adelante, esto no quiere decir que siempre estaremos libre de pecado al 100%, no podemos negar que somos pecadores, pero tampoco podemos aceptarlo como correcto. Si nuestra comunión con Dios es verdadera, Él nos ira limpiando gradualmente, haciéndonos cada vez más libres de la esclavitud al pecado y haciéndonos cada vez más como Cristo. Es nuestra labor de toda la vida, el prepararnos para nuestro encuentro con Jesús pareciéndonos más a Él.


Oración:

Nuestro Padre perfecto, te pedimos que pongas en nosotros hambre de tu luz, de tu verdad, de tu perfección, no permitas que nos acomodemos a los pecados que nos son cómodos y que nos justifiquemos a nosotros mismos por hacerlos. Te pido que nos ayudes en nuestra batalla diaria contra el pecado, que podamos ser cada día más limpios y más parecidos a ti. Que cada vez tengamos más amor por la santidad, mientras despreciamos el pecado, líbranos de ser mentirosos diciendo que te conocemos, mientras hay oscuridad en nuestra vida, aceptando y justificando el pecado en nuestra vida. Que podamos decir que te conocemos, y que esto sea evidente, por nuestro andar cada vez más claro en la luz. Te lo pedimos en el nombre del que vino a mostrarnos la Luz. Amén!


Pregunta(s) de reflexión:

  1. ¿Aún cuando Dios es luz, y quiere que andemos en luz, te ves tentado a justificar algún pecado en tu vida?  Medita en cómo pueden evitar caer en esta trampa.

Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com

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