lunes, 16 de enero de 2017

6. 1 Juan 2:1 - Hay continuo perdón, pero el objetivo es no pecar.



1 Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.


Vimos ya que el principal objetivo de la carta es que entremos en comunión con el Padre y el hijo. Ahora Juan establecerá un objetivo secundario. No pecar... y lo hace en este momento precisamente porque hablará acerca de perdón de pecados por medio de Cristo.  El perdón absoluto de pecados en Cristo, nunca debe tomarse como excusa para pecar deliberadamente, como también lo explicó el apóstol Pablo.


Romanos 6:1-11 (LBLA)
6 ¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde? 2 ¡De ningún modo! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. 5 Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección, 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con El, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; 7 porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado. 8 Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con El, 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre El. 10 Porque en cuanto El murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios. 11 Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.


Aunque tenemos perdón de pecados seguro en Cristo, el objetivo siempre será ser libres de la esclavitud al pecado. La salvación de Cristo sería incompleta, si sólo fuéramos libres de la culpa, pero siguiéramos siendo esclavos del pecado y de sus consecuencias autodestructivas sobre nosotros. El ser libres de la culpa, precisamente tiene el objetivo de liberarnos de la influencia del pecado sobre nosotros, para que seamos verdaderamente libres.


Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo...


La palabra Abogado en griego es paracletos, significa uno llamado al lado para ayudar. Es la misma palabra que nuestro Señor usó para decirle a sus discípulos que tendríamos un consolador cuando el partiera, refiriéndose al Espíritu Santo.


Juan 14:16 LBLA
Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre;


Así es que ahora tenemos al Espíritu Santo con nosotros, quien nos redarguye de pecado y nos guía a Jesucristo y a toda verdad, y tenemos a nuestro Señor al lado del Padre que intercede por nosotros.  


Romanos 8:34 LBLA
34¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros...


Hebreos 7:25 LBLA
Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos.


Nuestro Señor, a la diestra de Dios intercede por nosotros, seguimos luchando contra el pecado, aunque no lo queremos hacer y no lo tomamos como una licencia para pecar, pecamos continuamente, pero nuestro abogado intercede ante nuestro padre.

Aplicación:

Tengamos primero en claro que el objetivo del perdón de pecados es NO pecar, destruir al pecado de raíz. Todos nuestros pecados han sido perdonados, y hay perdón aún para los que hemos cometido después de entregar nuestra vida al Señor, y para los que haremos el resto de nuestra vida, nuestro Padre no nos ha dejado sin ayuda contra nuestra debilidad. Aún así, Él nos anima y espera que luchemos diariamente y agresivamente contra el pecado, que nuestro objetivo sea no pecar y que podamos descansar también en la bondad y misericordia de Dios, que nos levanta cuando caemos, que nos perdona y nos capacita para seguir en nuestro camino a ser más parecidos a Él.

Oración:

Padre misericordioso, te pedimos que nos ayudes en nuestra batalla diaria con nuestro pecado, te pido que nos hagas más como tú cada día. Permite que veamos con más claridad lo destructivo que es el pecado y cómo arruina nuestra vida y nuestra relación contigo, te pido que nuestro corazón esté fuertemente ligado a ti, que se duela de ofenderte o de alejarse de tí, de modo que sea también un objetivo de nosotros el no pecar. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, quien intercede por nosotros, amén!


Pregunta(s) de reflexión:

  1. ¿El crecer en santidad es verdaderamente una meta en tu vida?
  2. ¿Estás consciente en tu vida diaria de tu batalla contra el pecado?


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com


No hay comentarios.:

Publicar un comentario