miércoles, 11 de enero de 2017

3. 1 Juan 1:3-4 - Una invitación a la comunión con el Padre y el Hijo.


3 lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y en verdad nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4 Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.


En estos versículos Juan comunica el propósito de la proclamación del evangelio, y de la carta misma, esto es... el que entren a la comunión o compañerismo del cuerpo de Cristo, aclarando que no los está invitando a entrar a un grupo social o intelectual, sino a entrar en una relación con el Padre y con su Hijo Jesucristo.


El entrar en comunión con el Padre y el Hijo, y por ende con otras personas que han creído en Él. Es el llamado más alto al que cualquier ser humano puede aspirar. Esta fue la oración de Jesús en Juan 17, que todos los creyentes seamos uno, estando en el Padre y en el Hijo.


Juan 17:21 LBLA
para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.


También 1 Corintios 1 menciona este especial llamado.


1 Corintios 1:9 LBLA
Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro.


Comunión es uno de los conceptos más importantes en las cartas de Juan. La palabra en griego es Koinonia, que se deriva de la palabria Koinos, que literalmente significa común, en el sentido de algo que es compartido por todos. Nos habla de una relación de amor con otra persona en la que se comparte la vida misma, tiempo, recursos, etc. No por nada el Apóstol Pablo nos revela que Dios instituyó el matrimonio como un símbolo de la relación de Cristo con su iglesia.


Efesios 5:31-32 LBLA
31 Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre,   y se unirá a su mujer,   y los dos serán una sola carne.   32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia.


El hablar de tener una relación cercana con Dios fue algo muy impactante para los Judíos en los tiempos de Jesús, quienes lo acusaban de blasfemar cuando se dirigía a Dios como su padre, debe de ser también muy impactante para nosotros, el darnos cuenta que podemos tener este tipo de relación tan cercana con el creador y rey del universo. En su infinito amor, Dios se hizo cercano a nosotros.




...Os escribimos estas cosas para que nuestro gozo sea completo.


La carta y el evangelio mismo, tienen un propósito adicional que viene como consecuencia del primero. Al entrar en la comunión del Padre y del Hijo, al conocer la verdad que nuestro Señor vino a predicar, el gozo de los nuevos discípulos sería completo.


Todos buscamos alegría, todos buscamos felicidad, inútilmente la buscamos en la creación, cuando la verdadera felicidad está en conocer y tener una relación o comunión con el creador. El mismo Señor se refirió a esta tan grande aspiración y llamado diciendo "Y esta es la vida eterna".


Juan 17:3 LBLA
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.


El escritor de Eclesiastés llegó conocer la frustración de buscar la felicidad en los placeres, en las riquezas y en cualquier cosa que este mundo nos ofrece. Encontró todo hueco y vacío. Concluyó diciendo "El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre".


Muchos de los que conocieron al Señor en vida e incluso después de su resurrección, fueron capturados también por esta verdad, renunciando a todo lo que tenían o lo que el mundo les ofrecía, por conocer a Cristo y buscar esta relación con Él. Pablo dijo estas palabras cuando comparó el valor de todo lo que tenía con el ofrecimiento de tener una relación con Cristo y conocerle más.


Filipenses 3:8 LBLA
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,


Aplicación:

Tengamos presente, que el objetivo de Juan al escribir, es el mismo que la proclamación del evangelio. Llevarnos a nosotros y a muchos otros a la comunión con El Padre y El Hijo.


A nivel personal meditemos primero en el valor que tiene esta relación que se nos ofrece. El mismo Hijo de Dios vino a morir en una cruz para que esto fuera posible. Su oración final antes de ser entregado para morir en la cruz fue esta: "que te conozcan a tí y a Jesucristo, a quien has enviado". Después de su partida, muchos discípulos suyos a lo largo de la historia, no sólo han dejado todo con tal de tener esta relación con Él. Muchos sufrieron persecución, maltrato y muerte de forma injusta, pero todo esto fue basura, con tal de conocerle a Él, como lo dijo el apóstol Pablo. Todo esto nos habla del gran valor de esta relación, nos habla de que Cristo tenía razón cuando dijo "Y esta es la vida eterna". Tengamos siempre en gran aprecio nuestra relación con Cristo, busquemos tenerla y crecer en ella cada día. Que la comunión con el Padre y el Hijo sea nuestro gran tesoro en esta vida y en la eternidad.


Meditemos también en la importancia de involucrarnos en la tarea de invitar a los demás a que participen de esta relación. No hay mejor tarea a la que podamos dedicarnos, no hay mayor bien que le podamos hacer a las personas que amamos, que invitarlos a esta comunión, a esta vida en común con el Padre, el Hijo, y todos los que han decidido seguirle.


Oración:

Padre de todo amor y bondad, te agradecemos el que hayas hecho posible esta gran realidad de poder acercarnos a tí en una relación cercana, en una relación de amor, donde podemos conocerte y gozar de tu cuidado, amor y protección. Gracias por hacerlo posible, aún a un costo muy grande (La muerte de tu hijo en la cruz). Ayúdanos a tener en gran estima tan maravilloso regalo. Ayúdanos a no acostumbrarnos y verlo como un simple hecho histórico o como mera información. Que nuestro corazón siga ardiendo siempre de agradecimiento por tan grande regalo, y de hambre por conocerte más y más. Que haya en nosotros también, el deseo de extender esta invitación a los demás, que tengamos el mismo objetivo que Juan al escribir esta carta, traer a muchos a la comunión contigo y con tu Hijo Jesucristo. Te lo pedimos por el nombre de tu Hijo, quien hizo todo esto posible. Amén!


Pregunta(s) de reflexión:

  1. ¿Ves el evangelio como una invitación a tener una relación, y compañerismo con el Dios del universo, o tal vez lo ves sólo como una creencia o religión? Medita en las implicaciones de tener acceso a hablar con, conocer a, aprender de, ser amado por el Dios que creó el universo.
  2. ¿Ves esta relación realmente como algo sumamente valioso, ocupa el lugar del bien o la relación más preciada en tu vida?

Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario