miércoles, 29 de marzo de 2017

58. 1 Juan 5:18-19 - Dios nos guarda y el maligno no nos toca.


18 Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca. 19 Sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno.


Primero debemos ser conscientes que vivimos en un mundo bajo el poder del maligno. Generalmente no nos gusta ver el mundo en que vivimos de esta manera, no nos damos cuenta de cómo el sistema que rige a este mundo es tan opuesto a los propósitos de Dios. Definitivamente no estamos en un mundo donde el amor y la compasión es la norma, sino lo opuesto. Este mundo premia el egoísmo y la arrogancia.


¿Nos damos cuenta que el dios detrás de la industria, los negocios, el comercio, la política, la educación, las artes, la recreación y el entretenimiento es Satanás? No que ninguna de estas cosas sea mala en sí misma, pero es Satanás, quien usa y orquesta todas estas cosas, de forma que premia y alienta la rebelión contra Dios, la autosuficiencia, la arrogancia y el egoísmo.


Es importante que estemos consciente de esto, no podemos salir del mundo, no podemos dejar de participar completamente en estas cosas, pero debemos hacerlo con metas y motivaciones totalmente opuestas.


El versículo 18, nos da la confianza de que Dios nos guarda del maligno y todo el poder que tiene de este mundo. Y quiero que veamos en este versículo el contraste que hace con pecar y ser guardado del maligno. Dice "No peca SINO (opuesto) que aquel que nació de Dios lo guarda".


Generalmente cuando pensamos en la protección de Dios, pensamos en que no nos ocurran cosas malas o desfavorables "un accidente, una enfermedad, un mal día de trabajo, etc." Pero de lo que el Señor principalmente nos quiere proteger es de pecar".


Este es el mismo argumento de la oración del Señor o Padre nuestro...


Mateo 6:13 (LBLA)
“Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
 
Tenemos que entender que lo que tenemos aquí son dos reinos en conflicto entre sí. El Reino de Satanás en plena rebelión contra Dios, alentando el egoísmo, la autosuficiencia, la arrogancia, el hacerse un nombre y una fama para uno mismo. Con todo un sistema que nos grita desde pequeños que esto es lo que nos traerá felicidad y contentamiento y trascendencia. Pero que sólo nos traerá ruina y perdición, como lo ha hecho durante toda la historia de la humanidad.


Y por otro lado el Reino de Dios, que nos lleva a seguir el ejemplo de Cristo Jesús de amor, de humildad, de compasión, de ver a los demás como más importantes que nosotros mismos. No de buscar un nombre y prestigio para nosotros mismos, sino sólo para el Señor.


Estos versículos nos ilustran la batalla de la fe, la batalla entre estos 2 reinos que ocurre dentro de nuestros corazones durante toda nuestra vida. Este es precisamente el entrenamiento en que estamos para pasar la eternidad en el Reino de Dios.


El apóstol Pablo nos da otra ilustración de esta batalla en Romanos 12...


Romanos 12:17-21 (LBLA)
17 Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. 19 Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mia es la venganza, yo pagare, dice el Señor. 20 Pero si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber, porque haciendo esto, carbones encendidos amontonaras sobre su cabeza. 21 No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal.


Es una guerra sumamente difícil. No sólo tenemos al mundo alentándonos con todas sus fuerzas para hacernos un nombre para nosotros mismos, para ver por nosotros antes que por los demás, sino que también sufriremos  el mal de nuestro prójimo, y nosotros somos llamados a vencer haciéndole bien.


Aplicación:

Quisiera que todos tuvieramos en mente esta batalla en nuestra vida cotidiana. Cuando nuestro compañero de trabajo, o nuestra esposa, o nuestros hijos nos lanzan una ofensa, no estamos viviendo una batalla entre esta persona y yo por quien tiene la razón, o quién merece más respeto, es una batalla entre el bien y el mal. Es una prueba si voy a vencer el mal con el bien, o voy a ceder a la tentación de ser vencido por el mal.


No quiere decir esto simplemente que voy a ignorar todo conflicto. Puedo ser vencido por el mal enfrascándome en una pelea, o distanciandome de la persona y siendo indiferente. Esto también es pagar con mal.


Lo que voy a hacer, como nos dice el apóstol Pablo, es que le voy a hacer bien. Si mi esposa me ofende, voy a hacerle bien, voy a hablar el problema de forma constructiva, voy a intentar que tengamos juntos esta perspectiva de los dos reinos.


Otra vez, el problema no es lo que ocurre fuera de nosotros, si nuestro cuerpo es lastimado, si nuestras finanzas sufren, el problema es lo que pasa en nosotros, si el bien o el mal triunfan en nuestros corazones. Nuestro cuerpo es temporal, nuestras finanzas no nos las podremos llevar, pero nuestra alma es eterna. Vale la pena luchar por ella.


Oración:    

Padre celestial, esta es una batalla difícil. Definitivamente necesitamos tu poder sobrenatural, por eso tenemos la confianza de que tu nos escuchas, si oramos conforme a tu voluntad. Esta batalla está en el corazón de tu voluntad. Te pedimos que nos ayudes no a ganar una discusión, sino que el bien triunfe en nuestros corazones, danos esta visión de batalla en medio de este mundo malo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. ¡Amén!


Preguntas(s) de reflexión:

  1. ¿Cuando piensas en la protección de Dios, es la protección contra no pecar la que tienes en mente?
  2. ¿Qué pueden hacer hoy para ser más serio e intencional en tu batalla de la fe?


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com


2 comentarios:

  1. Dios lo bendiga y siga usando su vida mi hno que edificante el estudio

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  2. esta reflexion es muy hermosa reconstrutiva y nos ayuda a sobrevir en este mundo lleno de maldaD d IOS LOS BENDIGA

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