jueves, 16 de marzo de 2017

49. 1 Juan 4:17-19 - Para que tengamos confianza en el día del juicio.


17 En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como Él es, así somos también nosotros en este mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.  19 Nosotros amamos, porque Él nos amó primero.


El que se perfeccione el amor de Dios en nosotros tiene un gran beneficio, y este es que podamos estar confiados para el día del juicio. La razón que nos da esta confianza es que somos en este mundo tal como Él es. El andar en amor, el andar en sus pasos, nos hará tener la confianza de que no tenemos nada que temer ni de qué avergonzarnos en el día de su venida.


El opuesto a tener confianza, es tener temor al castigo. Es por esto que el perfecto amor, hecha fuera todo temor. El dejar perfeccionarnos en amor, y andar como Él anduvo, el ver la obra de Dios progresando en nuestra persona, nos dará la seguridad de  que somos de Él, y estamos andando por el camino angosto.


Lo que nos debe llevar a preguntarnos... ¿Realmente creemos en el día del juicio y nos estamos preparando para llegar confiados a él?


La mayoría de las personas está más preocupada por cómo va a vivir cuando se retire, piensa en los últimos años aquí en la tierra, en vez de como va a vivir una eternidad.
 
Aún hay grupos cristianos, más preocupados por acumular agua y comida para la gran tribulación, que en asegurarse de estar caminando con Dios. Esto no tiene sentido. Si Cristo viene, cuál es el caso de buscar sobrevivir un poco de más tiempo en la tierra, ¿No es mejor asegurarse que el Señor nos encuentre haciendo lo que nos encargó? Esto refleja que es mayor el apego que tenemos a este mundo que nuestra preocupación por la eternidad.


En el capítulo 24 de Mateo, Jesús les habla acerca del final de los tiempos, y precisamente cierra el capítulo con una fuerte advertencia para estar preparados.


Mateo 24:45-51(LBLA)
45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien su señor puso sobre los de su casa para que les diera la comida a su tiempo? 46 Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. 47 De cierto os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 48 Pero si aquel siervo es malo, y dice en su corazón: “Mi señor tardará”; 49 y empieza a golpear a sus consiervos, y come y bebe con los que se emborrachan, 50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no lo espera, y a una hora que no sabe, 51 y lo azotará severamente y le asignará un lugar con los hipócritas; allí será el llanto y el crujir de dientes.


Precisamente, la parábola contrasta a un siervo que suple las necesidades de los de su casa, contra uno que es negligente y anda en sus propios deleites.


El versículo 19 reitera la afirmación del verso 10 de que fue Dios el que tomó la iniciativa al amarnos, y nosotros amamos como consecuencia del nuevo nacimiento. Como ya lo vimos en el verso 10 en detalle, no voy a escribir más al respecto.


Aplicación:

El Señor fue muy claro en que debemos amarnos los unos a los otros, y más nos vale que nos encuentre así, siendo perfeccionados en amor. Debemos examinarnos seriamente, si en realidad estamos creyendo que enfrentaremos un juicio final, y debemos ser honestos con nosotros mismos, si estamos encarando esto con la seriedad que merece.


Espero que estemos tomándolo en serio, y que podamos estar confiados porque estamos caminando en amor. Si no es así, que podamos enmendar el camino, para que seamos libres de todo temor.


Oración:

Padre de toda justicia, te pido nos hagas más conscientes de la vida eterna. Que podamos tener en mayor estima nuestra eternidad contigo, que seamos conscientes de que enfrentaremos un juicio al final de nuestra vida, si es que nuestro Señor no regresa antes, y que daremos cuentas de lo que nos encargaste hacer. Que tengamos presente cada día que debemos estar ocupandonos de la tarea que nos dejaste, que ninguno de nosotros sea avergonzado en tu presencia. Te lo pedimos en el nombre del Rey que regresará, nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén!


Preguntas(s) de reflexión:


  1. Es algo presente en tu vida diaria, el que tendrás que enfrentar un juicio al final de tu vida.


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com


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