1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.
Juan le está instruyendo a una iglesia que está naciendo, que estén alertas, que deben probar todo espíritu. No está aquí Juan refiriéndose a ángeles o demonios, o a alguna manifestación sobrenatural, sino al espíritu que está dentro del profeta, el pastor o el predicador. El argumento o razón que nos da Juan para probar a los espíritus, es precisamente que hay muchos falsos profetas que han salido al mundo.
Esto no debía ser una sorpresa para la iglesia del Señor. El mismo Jesucristo había advertido muchas veces que vendrían engañadores y que habían de ser probados por sus frutos y por su apego a la verdad enseñada por los apóstoles y profetas. La iglesia del Señor crecería y seguirá creciendo, en medio de muchas falsas enseñanzas, dirigidas por falsos maestros que buscan lo suyo, que predican por ambición personal.
Aplicación:
Debemos estar atentos ahora más que nunca. Las enseñanzas distorsionadas de la palabra de Dios abundan más que nunca. Los predicadores que han encontrado en la predicación de la palabra o en escribir libros, un medio para ganar dinero, fama o poder engañando a la gente se han multiplicado en los últimos tiempos.
Muchos maestros, distorsionando las escrituras y sobre enfatizando enseñanzas de autoridad y sumisión, enseñan que deben someterse a ellos y seguir su enseñanzas, aunque hagan cosas contrarias a las escrituras y tengan frutos que nieguen su fe en Cristo.
La instrucción de las escrituras es que estemos atentos y alertas, probemos a los espíritus, no todo maestro que dice enseñar la biblia realmente lo hace. Probemos su enseñanza y sus frutos, no podemos recibir la enseñanza de alguien simplemente porque nos agrada la persona o lo que dice. Veremos más adelante cómo es que debemos probarlos.
Oración:
Bendito Padre, despierta nuestro corazón a la responsabilidad que tus nos has dado para probar la enseñanza que recibimos. No nos dejes en paz sólo escuchando lo que encontramos cómodo en una iglesia, en internet o en televisión. Ayúdanos a discernir qué espíritu está hablando detrás de la palabra que escuchamos. Que tu Santo Espíritu nos guíe y nos muestre si lo que escuchamos viene de ti, o viene del enemigo tratando confundir y diluir la verdad. Te pedimos esto en el nombre de Cristo Jesús. ¡Amén!
Preguntas(s) de reflexión:
- ¿Has sido responsable en estudiar la escritura por tu cuenta y verificar la enseñanza que recibes?
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