martes, 10 de enero de 2017

2. 1 Juan 1:1-2 - La persona de Jesucristo.



1 Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida 2 (pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó);


Lo que existía desde el principio...  En esta frase vemos un pasaje paralelo al inicio del evangelio de Juan 1:1-2, el cual argumenta claramente que Jesús ya existía desde el principio, antes aún de la obra de la creación. Juan 1 nos permite ver que además Él estaba con Dios y era Dios.


Juan 1:1-2 LBLA
1En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. 2 El estaba en el principio con Dios.


Jesucristo no fue sólo un hombre, sino un ser con atributos divinos, alguien igual al Padre, pero al mismo tiempo con una identidad separada. Cuando el tiempo y la creación comenzó, el ya existía, por lo que es eterno, Él estaba con Dios, por lo que podía habitar con Él, y el era Dios. Esto ilustra el principal misterio de la fe Cristiana: Un sólo Dios en tres personas, los tres son uno solo, compartiendo atributos divinos que nadie más tiene, como lo son la eternidad y la omnisciencia, omnipresencia y omnipotencia. Y al mismo tiempo son personas diferentes con características propias al Padre, Hijo y Espíritu Santo.


...lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca del Verbo de vida.


Juan está maravillado como también nos lo dice en su evangelio, que la misma vida eterna de Dios se haya manifestado, y ellos hayan tenido el privilegio de haberla visto, oído y palpado. El mismo verbo o palabra de Dios que dio origen a la creación, que la sustenta y que la gobierna como también lo indica Juan al iniciar su evangelio.


Juan 1:3-4 LBLA
3 Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.


El asombro de Juan no era para menos, el Dios del universo, quien repetidamente en el antiguo testamento había dicho que nadie podría verlo directamente o moriría, ahora se manifestaba al mundo de una forma en que podemos verlo, oírlo y conocerlo.


La palabra verbo (Logos en griego) era un concepto con mucha importancia en sus días. Los judíos, usualmente se referían a Dios como "La palabra", pues sabían que Dios se había revelado a sí mismo por medio de su palabra. Para los griegos, sus filósofos habían hablado por siglos acerca del "Logos", la base de la organización e inteligencia en el universo, la última inteligencia que controla todas las cosas.


La definición en el diccionario Strong de Logos es: algo dicho (incluyendo pensamientos), tema (sujeto del discurso), razonamiento divino. La idea que parece transmitir es que este Logos, es la expresión de Dios, incluyendo lo que Dios piensa y siente. Jesucristo es la forma como Dios quiso darse a conocer a nosotros, la forma más completa en que podemos conocer su carácter, sus pensamientos, su amor.


Como Jesús mismo dice "el que me ha visto, ha visto al Padre". Conociendo a Jesús (su expresión perfecta), conocemos al Padre. Quien también es como creían los griegos, la inteligencia última que creó, sostiene y gobierna todas las cosas.
(pues la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó);


Juan vuelve a hacer énfasis en que la misma vida divina, que estaba con el Padre es la que les fue manifestada. Juan tiene el objetivo de poner en claro que lo que ellos han anunciado y lo que él escribe en esta carta, es lo que ellos vieron y oyeron de la misma vida de Dios manifestada en carne, no es algo de su invención, de su observación, ideas o pensamiento.


Jesús no fue una persona que empezó a existir desde su nacimiento terrenal, el existía y estaba con el padre.


La escritura es clara en que el Padre y el Hijo ya coexistían en una relación de amor, como el mismo Jesús lo mencionó dentro de su oración en Juan 17.
Juan 17:24
Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Aplicación:

Juan escribe esta carta al final de sus días cuando ya era anciano. Habían pasado muchos años (entre 50 o 60) desde que Jesús murió. Sin embargo, su asombro por haber visto, oído y convivido con Jesús seguía ahí con gran fuerza.  


Debemos seguir su ejemplo y nunca perder el asombro, meditar frecuentemente en lo asombroso que es, que el mismo creador del universo, quien sustenta todas las cosas decidió acercarse a nosotros. Debemos estar conscientes de que aquél que nos invita a tener una relación con Él, aquél que vino a servirnos y a morir por nosotros, es la persona que Juan nos describe aquí, es la misma palabra o expresión de Dios, ha existido siempre con Dios, siendo igual a Él. Todas las cosas por Él fueron hechas, y asombrosamente vino como hombre para que pudiésemos conocerle. Que su apariencia humana no nos prive de ver y valorar el gran privilegio que tenemos de poder conocer a Dios por medio de Cristo Jesús.


Oración:

Padre celestial, te pido que nos des una revelación cada vez más completa de tu hijo Jesucristo. Que podamos verle cada vez con mayor claridad, que podamos ver su gloria, su grandeza, su deidad, que ninguno de nosotros se conforme con verlo como un personaje histórico o un gran hombre. Que podamos conocerle cada vez más, pues de esta manera te conoceremos más. Te pido que nuestro estudio de esta carta sea fructífero, pudiendo conocer más de ti, entrando en una relación más cercana contigo, por medio de tu hijo Jesucristo. Amén.


Pregunta(s) de reflexión:

  1. ¿Te has puesto a meditar en el impresionante hecho de que el Dios del universo se haya hecho hombre para mostrarse a nosotros? Hazlo en este momento y escribe tus reflexiones.
  2. ¿Si tienes tiempo en el evangelio, has perdido el asombro que tenías en un principio de saberte hecho hijo de Dios? ¿Cómo piensas que puedes recuperarlo?
  

Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com


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