Estudiemos La Palabra: 16. 1 Juan 2:18

17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El mundo, además de que ofrece pasiones que en realidad no satisfacen, no tiene durabilidad. Estamos destinados a perecer tarde o temprano, y por más longeva que sea nuestra vida, nuestro corazón siempre anhela algo más. Eclesiastes 3:11 dice que "Dios puso eternidad en el corazón del hombre".

Santiago 4:14 (LBLA)

Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece.

¿Por qué invertir nuestra vida en placeres que no satisfacen, que siempre nos dejan con hambre, y que además, los podemos disfrutar sólo por un poco de tiempo? Desnudos llegamos a este mundo, y desnudos nos vamos a ir.

Cuando lo analizamos de esta forma, es increíble lo necio que somos al buscar un "mejor" estilo de vida en esta tierra. Nos esforzamos, nos preocupamos, gastamos mucha energía en tener mejores cosas, una casa mejor, etc... y cuando las tenemos, al poco tiempo no nos satisfacen y buscamos tener algo aún mejor. En el mejor de los casos, nos damos cuenta de la inutilidad de hacer esto en algún punto de la vida, en el peor, seguimos esta carrera sin fin hasta que un día morimos, y la dura realidad nos sorprenderá, de que desperdiciamos nuestra vida en cosas que no perduran.

La solución que nos da la palabra de Dios al respecto es que estemos contentos con que nuestras necesidades básicas sean satisfechas.

1 Timoteo 6:7-9 (LBLA)

7 Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. 8 Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos. 9 Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición.

¿Para qué buscar más de lo que no nos va a satisfacer, si además nos va a poner en peligro de tentación?

En vez de afanarnos por buscar tener más y disfrutar más de este mundo, podemos seguir el consejo del apóstol Pablo. Enfoquémonos en las cosas de la vida eterna y en nuestra constante devoción al Señor, mientras estamos contentos con llevar una vida sencilla en las otras áreas de nuestra vida.

1 Corintios 7:29-31, 35 (LBLA)

29 Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran; 30 y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada; 31 y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera... 35 Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor.

Aplicación:

Este mundo pasará… es algo que debemos recordarnos constantemente. Pasa demasiado rápido, y además, no satisface la verdadera sed de nuestra alma. Nos alegra por un rato, pero nuestro corazón desea algo que este mundo no puede dar. El seguir a Dios y hacer su voluntad si satisface, y además, sus beneficios duran para siempre.

Oración:

Padre eterno, ayúdanos a poner nuestros ojos en la eternidad y no en lo temporal. Más que nuestros ojos, nuestro corazón. Ayúdanos a recordar en nuestro diario vivir y en nuestras decisiones más importantes. Ayúdanos a dedicar nuestros más grandes proyectos, nuestros mejores años y nuestros recursos en algo que perdure para la eternidad. En conocerte, en hacer tu voluntad en el trabajo específico que tú nos hayas dado a cada uno. Que ninguno de nosotros llegue al final de sus días arrepentido de haber invertido sólo en lo que no se va a poder llevar.

Pregunta(s) de reflexión:

¿Tienes en mente frecuentemente lo breve que es la vida?
Medita seriamente si tu vida diaria refleja un amor más fuerte por la eternidad que por esta corta vida.