viernes, 10 de febrero de 2017

25. 1 Juan 3:1 - El mundo no nos conoce por ser hijos de Dios.


1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.


Es impresionante el amor de Dios, quien habiendo nosotros ofendido y despreciado, quien siendo nosotros como nada a comparación de Él, nos dió el derecho de ser llamados hijos de Dios, y eso es lo que somos, no es sólo un nombre, no es sólo porque somos creación suya. Literalmente recibimos nueva vida, no de carne ni de hombre, sino de Él mismo.


Juan 1:12-13 LBLA
Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre,13 que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.


Sabemos también que su amor es tan grande porque no sólo nos dio esta nueva vida así nada más, sino que el darnos esto, tuvo un gran precio. Entregó a su Hijo para que fuera el receptor del juicio y la ira de Dios, con el propósito de que ocupara nuestro lugar, y nosotros, al creer en Él, por sus méritos, pudiéramos tener vida eterna.


Juan 3:16 LBLA
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.


Sin embargo, la creación aún no ha sido redimida, un día lo será, pero por lo pronto, sigue siendo una creación y una humanidad caída, una humanidad que rechaza la justicia de Dios, que hace evidente su maldad. Por lo tanto, este mundo caído rechaza a los hijos de Dios. Rechazó a Cristo, lo maltrató y lo crucificó. Y nuestro Señor nos advirtió que nosotros no seríamos tratados mejor que Él.


Juan 15:18-21 (LBLA)
18 Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia. 20 Acordaos de la palabra que yo os dije: “Un siervo no es mayor que su señor.” Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros; si guardaron mi palabra, también guardarán la vuestra. 21 Pero todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.


Vimos ya en el capítulo 2 que el sistema del mundo y el diseño de Dios son antagónicos, si en verdad somos fieles a la palabra de Dios y a sus mandamientos, no seremos agradables al mundo. No sólo esto, sino como el Señor nos tomó de entre el mundo, el mundo lo tomará como traición. Algunos nos verán como locos, que hemos perdido la razón, otros nos dirán que somos hipócritas, y muchos se sentirán atacados por la justicia de Dios. Sin duda recibiremos mal de ellos, algunos se burlarán, otros nos difamarán, y tal vez a algunos nos tocará recibir agresiones mayores.


Sin embargo no debemos temer, debemos gozarnos al sufrir por el evangelio, cuando se nos pague mal por bien, pues el Señor nos dijo que podemos regocijarnos en medio del sufrimiento, si tenemos la mirada puesta en la recompensa que nos aguarda.


Mateo 5:11-12 (LBLA)
11 Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. 12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros.


El apóstol Pedro le recuerda estas palabras a una iglesia primitiva en medio de una fuerte persecución.


1 Pedro 4:12-16 (LBLA)
12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo; 13 antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos Él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. 16 Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios.


Aplicación:

Sigamos el consejo del apóstol y no veamos la persecución y el sufrimiento como algo extraño. No debemos preocuparnos o asombrarnos de recibir mal trato del mundo, debemos preocuparnos, si este mal trato es merecido, entonces si estamos en verdaderos problemas porque no estamos honrando a Dios. Por otro lado, si el mundo nos acepta y nos alaba, también debemos verificar nuestro andar. El Señor no fue agradable al mundo, y si le seguimos, nosotros tampoco lo seremos.


Si nos encontramos sufriendo por hacer lo bueno, recibiendo mal por el bien que hacemos, entonces tenemos muchos motivos para regocijarnos. ¡Tengamos en mayor valor nuestra vida eterna, nuestra recompensa eterna, y estemos dispuestos a sufrir haciendo el bien por un poco de tiempo!


Oración:

Amoroso Padre, te damos gracias por tu gran amor, por tu gran regalo, pues siendo enemigos y habiéndote despreciado, nos has hecho tus hijos al más grande precio. Lo más valioso en el universo, fue entregado por los que no lo merecíamos en lo más mínimo. Te amamos por esto, estaremos siempre agradecidos. Por otro lado, te pedimos nos ayudes a serte fieles en un mundo hostil a tí y por lo tanto hostil a tus hijos. Que podamos soportar y abrazar el sufrimiento que en veces vendrá por hacer el bien. Que tengamos en mayor valor la recompensa eterna que el sufrimiento presente, líbranos por otro lado, de hacer el mal. Si sufrimos, que sea por hacer el bien, y no mereciendolo, haciendo el mal. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. ¡Amén!     


Preguntas(s) de reflexión:


  1. Medita en cómo el Reino de Dios es diametralmente opuesto al sistema del mundo.
  2. Reflexiona en cuál de los dos vas a seguir por el resto de tu vida, ¿La promesa de cuál de los dos va a cpturar tu corazón?


Por: Raúl Orozco. www.EstudiemosLaPalabra.com



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