1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús: A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, incluyendo a los obispos y diáconos: 2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Los coautores de la carta son Pablo y Timoteo, quienes se llaman a sí mismos siervos de Cristo Jesús, aunque es claro que el autor principal es Pablo, pues hace referencia a sí mismo en primera persona durante el desarrollo del libro .Timoteo es el discípulo de Pablo en el que más puede confiar y el único que llama de su mismo sentir dentro de esta misma carta.
La carta está dirigida a toda la iglesia en general de Filipos, haciendo mención especial de los obispos y diáconos. El término que el Nuevo Testamento usa para obispos y pastores es el mismo, la labor de un obispo o pastor es alimentar y cuidar del rebaño, enseñando la palabra de Dios, exhortando, aconsejando y protegiendo contra falsas doctrinas. Por su parte, diácono es un término que se empezó a usar para hermanos que servían en la iglesia de formas diferentes al cuidado pastoral como los siete varones que se designaron para servir las mesas en el libro de los hechos. Como este pasaje célebre de Hechos 6 lo muestra, los diáconos se encargan de las diversas tareas que se presentan en la congregación, para que los obispos o pastores puedan encargarse del ministerio de la palabra y la oración.
La palabra santos significa apartados. Todos los creyentes que hemos decidido seguir el Señorío de Cristo somos apartados para Dios. La frase clave aquí es "EN Cristo". Sólo en Cristo Jesús somos reconciliados con el Padre, es Cristo quien nos santifica para Él. Esto es, a partir de que le entregamos nuestra vida, ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino que somos sus siervos (o esclavos es un término más apropiado). Ahora servimos a sus propósitos y no a los nuestros.
Aplicación:
Pablo inicia la carta dirigiéndose a ellos como santos en Cristo Jesús, quizá recordándoles de antemano quienes son ahora. Han sido santificados para el Padre por medio de Cristo Jesús. Este fue el parteaguas de su vida y es el de los que creemos en Él. Es bueno al iniciar el estudio de esta carta, recordar que se nos dio una nueva identidad y un nuevo propósito de vida al cual aspirar. Ya no tenemos por qué seguir la corriente de este mundo que nos lleva a vivir y dedicar nuestra vida a cosas vacías, sino que tenemos una meta y un propósito glorioso al cual aspirar, el cual Pablo nos irá describiendo más adelante en el transcurso de esta carta.
Oración:
Padre celestial, te agradecemos por la realidad de haber sido redimidos para ti. Gracias porque ya no somos más esclavos del pecado, sino que podemos acercarnos de nuevo a ti. Gracias porque nos llamas santos, porque nos has apartado para ti y podemos nosotros tenerte también como nuestro especial tesoro. Te pido que nos ayudes durante este estudio a entender mejor cómo responder a este llamado. En el nombre de Jesús oramos. ¡Amén!
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